Algunos niños padecen este problema más que otros, pero hay algunos casos que llegan a ser muy preocupantes. Rafa, que tiene cinco años, coge todas las noches unas rabietas tremendas a la hora de irse a la cama. Elena, su madre, afirma que esto se debe a que el niño padece pesadillas con frecuencia: "Ha llegado al extremo de no poderse acostar hasta haberse asegurado de que no hay nadie debajo de la cama, en el armario o en el cajón de sus juguetes", explica la madre, bastante preocupada.
Niños sensibles
El psicólogo Bernabé Tierno afirma que "los niños nerviosos, tímidos o muy sensibles son los más propensos a estos terrores nocturnos". Normalmente , y según opinión del experto, las pesadillas y los miedos están ligados a conflictos o tensiones que el niño ha vivido durante el día o unas horas antes de acostarse. "En niños de hasta cinco años esta situación puede considerarse normal porque, en general, a medida que el chaval crece y va teniendo más confianza en sí mismo, estos temores van haciéndose menos frecuentes, hasta desaparecer por completo." En cualquier caso, si tu hijo tiene miedo a la hora de acostarse, tu presencia a su lado es necesaria para su mayor tranquilidad. "Si el niño es muy pequeño", continúa el psicólogo, "no distingue la pesadilla de la realidad; por eso es muy importante la presencia física de la madre para disipar el susto."
Procurar la relajación
Además de proporcionarle al niño esa presencia física del padre o de la madre que le devuelva el contacto con la realidad, hay que procurarle el máximo grado de relajación y de distensión física. "La mejor manera de hacer esto posible es susurrarle al niño palabras cariñosas que le den seguridad y evitar al máximo cualquier discusión violenta o palabras agresivas en su presencia."
Para los niños que tengan estos problemas es contraproducente ver en la televisión películas de terror o series violentas justo antes de meterse en la cama, porque las imágenes se les quedarán grabadas y pueden darles problemas en el sueño.