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martes, 28 de diciembre de 2021

Niños sensibles

 

Hay niños que dan muestras de una especial sensibilidad en su carácter. Un reproche de los padres le arranca una lágrima, las peleas de sus hermanos le asustan y una película puede dejarle en vela toda la noche. Son niños con unas características específicas y que ven la vida con ojos diferentes a los de la gran mayoría. ¿Cómo hay que tratarlos?

  • No hay que confundir sensibilidad con inferioridad. Por ello, no hay que sobreprotegerlos ni intentar endurecerlos.
  • Los niños sensibles, dentro del grupo, se distinguen de los demás por su necesidad de agradar para no ser dañados.
  • Se debe respetar y comprender su forma de ser y de sentir, sin pedir ni exigirle otro tipo de comportamiento. Por lo general, los niños sensibles suelen ser introvertidos.
  • Es importante conocer su personalidad y su manera de entender el mundo para poder comunicarnos con él. Suelen ser niños inquietos, curiosos, imaginativos y con una gran capacidad de observación.
  • La sensibilidad es una potencialidad beneficiosa que los padres deben saber transformar para que bien encauzada, enriquezca la vida del niño. Y si la sensibilidad se le reprime, pueden convertirse en niños agresivos.


jueves, 13 de mayo de 2021

Evita sobreprotegerlos y permíteles que sean más autosuficientes

 

De los errores se aprende. Esta probada afirmación se puede aplicar a los más pequeños, a los que se tiende a proteger en exceso. Lo ideal es orientarlos, dejándoles que experimenten por sí mismos. Dales permiso para hacerlo mal.
Queremos protegerlos de todo mal pero, si nuestro celo es excesivo, podemos conseguir justo el efecto contrario. Es mejor, por lo tanto, dejar que experimenten y se equivoquen. Es la única forma de aprender y de crecer emocionalmente.

  • No se lo des todo hecho. Aunque tenga dificultades para realizar según que cosas, deja que intente hacerlo. Hacerse la cama, doblarse la ropa, llevar a cabo pequeñas tareas domésticas... Poco a poco, irá ganando confianza y destreza.

  • Motívales con ternura. La mejor recompensa para sus esfuerzos es valorarlos con gestos y palabras de cariño: harás que siga motivado para seguir aprendiendo y mantendrás su autoestima alta. Por ejemplo, dale un beso o dile lo bien que lo ha hecho cuando logre lavarse los dientes o abrocharse un botón.

  • Deja que juegue solo. No permitas que se acostumbre a tenerte siempre a ti como compañero/a de juegos. Es necesario que, de vez en cuando, sea capaz de crear sus propios mundos imaginarios.

  • Anímale a que tome sus propias decisiones. Aunque los padres siempre deben tener la última palabra (sobre todo en cuestiones importantes), es interesante que pueda decidir sobre temas menores.

  • Acepta sus decisiones. Respétalas, aunque no sean las que tu esperabas que tomase. A menudo los padres son el mayor obstáculo para que sus hijos adquieran su autonomía por la tendencia a sobreprotegerlos.

  • Fija unos límites. Deja que se equivoquen, pero marca siempre unos márgenes, no todo vale. Hay normas básicas, como no insultar a los demás o evitar cruzar la calle con el semáforo en rojo, que son indiscutibles. 


jueves, 18 de marzo de 2021

Cómo aumentar su fuerza de voluntad

 

Lavarse los dientes, hacer los deberes, no picar entre horas... No es fácil conseguir que los niños hagan cosas que no les apetece hacer o que les supongan un esfuerzo, pero es necesario que lo hagan. Aprender a tener fuerza de voluntad y a ser perseverantes en todo lo que hagan les ayudará a convertirse en adultos responsables. Para ello, pondremos en práctica las siguientes medidas.

  • Establecer rutinas diarias. Es muy importante que el niño sepa en cada momento lo que se espera de él mediante unas normas claras. Según la edad, puede ser útil colocar en un lugar visible un horario en donde se especifiquen claramente sus tareas y el momento del día en el que debe realizarlas.
  • Ofrecerle una motivación positiva. Hay que felicitar al niño cada vez que realiza un esfuerzo, por pequeño que sea (ordenar su habitación, estudiar para un examen...)
  • Intentar no sobreprotegerle. Si le damos todo hecho, el niño no se acostumbrará a luchar por lo que quiere.
  • Posponer la gratificación. Para educar la voluntad, hay que acostumbrar al niño a que sepa esperar para obtener lo que desea (no ver la televisión hasta que haya hecho los deberes, ahorrar para comprarse un juego de ordenador, etc.)