Hay niños que dan muestras de una especial sensibilidad en su carácter. Un reproche de los padres le arranca una lágrima, las peleas de sus hermanos le asustan y una película puede dejarle en vela toda la noche. Son niños con unas características específicas y que ven la vida con ojos diferentes a los de la gran mayoría. ¿Cómo hay que tratarlos?
- No hay que confundir sensibilidad con inferioridad. Por ello, no hay que sobreprotegerlos ni intentar endurecerlos.
- Los niños sensibles, dentro del grupo, se distinguen de los demás por su necesidad de agradar para no ser dañados.
- Se debe respetar y comprender su forma de ser y de sentir, sin pedir ni exigirle otro tipo de comportamiento. Por lo general, los niños sensibles suelen ser introvertidos.
- Es importante conocer su personalidad y su manera de entender el mundo para poder comunicarnos con él. Suelen ser niños inquietos, curiosos, imaginativos y con una gran capacidad de observación.
- La sensibilidad es una potencialidad beneficiosa que los padres deben saber transformar para que bien encauzada, enriquezca la vida del niño. Y si la sensibilidad se le reprime, pueden convertirse en niños agresivos.
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